lunes, 27 de diciembre de 2010

Mírala cara a cara que es la tercera

Es la tercera...  temporada de mi niña, a punto de cumplir tres mesecicos. Mis disculpas por tardar tanto en retomar el blog, que una está a jornada completa entretenida y no saco ni un momentito. Menos mal que, de vez en cuando, el insomnio me regala unas horas...
...Unas horas es el tiempo que pasa entre un nuevo descubrimiento de Adriana y otro. Como digo, el día 1 cumplirá tres meses, aunque la sensación es que llevamos mucho más tiempo con ella. ¡Es aún tan pequeña! Pero cuando vemos fotos de tiempo atrás, es cuando nos damos cuenta de lo que ha crecido. Esta semana ha empezado a balbucear, como si quisiera hablar con nosotros. Unas risas.

Las dos primeras semanas fueron un infierno. Bueno no, fueron un puto infierno. He hablado ya con otras recién paridas y a algunas nos pasó que no nos vino el amor infinito ese que te dicen que sientes al ver a tu bebé según sale al mundo... y claro, te sientes fatal y comienza el autoflagelamiento cuyo great hit es "Qué mala madre soy". Esas primeras semanas estás agotada, tu cuerpo ha cambiado y ahora tiene la forma de globo deshinchado y sangrante (compresas tamaño abuela, que ni Concha Velasco se ha atrevido a anunciar) y lo peor de lo peor: no duermes. Eso se une al cambio hormonal y otras lindezas. La cosa es que crees que vas a morir, que no vas a resistir, que eres mala madre, peor hija (ay, que gritos les di a mis padres, pobrecitos, con lo que me ayudaron) y que es incomprensible que siga existiendo la especie Homo Sapiens Sapiens. La pregunta del millón: ¿por qué nacen segundos, terceros, cuartos ... hijos?
Llora tu bebé y lloras tú. Y menos mal que Raúl nos sostenía a las dos.
No exageremos: tampoco estaba todo el día mal, sólo por las noches. Los días son llevaderos, pero las noches es donde te rompe el ritmo con eso de despertarse cada dos o tres horas, mamar durante una eternidad y tardar muuucho en dormirse. Agota. PERO ES SOLO UNOS 10 DIAS.

Pero de repente empieza una sutil transformación: primero piensas "si las mujeres del mundo lo han aguantado...¡yo también!". Entonces ya no estás tan cansada, el bebé no llora tanto, te sientes más fuerte, y ves cómo milímetro a milímetro le crecen las pestañas, como abre atenta los ojos, como a las pocas semanas comienza a sonreir... y ya no eres mala madre, porque adoras a esa cosita.

No os preocupéis las que estáis en estado de buena esperanza: podéis seguir así, en buena esperanza, optimistas, porque no todos los procesos pospartos son así. Hay niños que casi no lloran, que maman y  duermen o que son muy tranquilos. Mi error fue imaginar que Adriana iba a ser así, porque tuve un embarazo muy tranquilo, pero ha resultado que es inquieta. Además, como predijo Bilma-Lorena a los dos meses ocurrió otro gran milagro: comenzó a dormir toda la noche del tirón. Eso sí que me ha dado la vida.

  Os pongo unas tablas que he sacado de una revista de bebés (Guía del Niño, Anuario 2010), sobre lo que van consiguiendo mes a mes. Pinchad y aumentyadlas un poco, que están en tamaño "chuleta de instituto". Yo a veces las consulto, aunque no hay que obsesionarse con lo que hacen o no o con si engordan,  crecen o dejan de crecer, porque cada uno va a su ritmo y no les vamos a hacer trabajar por objetivos desde tan chiquininos.



También actualizo el listado de preñeces, esperando que algunos de los que se han ido incorporando a las barrigudas me autoricen e informen de lo suyo. Los demás, confirmad fechas y datos, que me hago unos líos...



 Bueno hermosos, a seguir reproduciéndonos por el mundo. Y recordad: necesito que me ayudéis a mantener vivo OVARIADAS.
Besos

lunes, 29 de noviembre de 2010

El parto de Lola

Lola nos contó su parto en los comentarios de la entrada anterior, pero bien merece una entrada propia. Por cierto, si alguien más de la s paridoras recientes quiere obsequiarnos con el relato de su aventura, que lo mande al corro o como comentario para que los demás sepamos cómo fue.
Bueno el parto, fué horroroso, creo que hasta me he quedado traumatizada, nunca lo habia pasado tan mal en mi vida....Se me rompio la bolsa por la noche en mi casa, pero yo no estaba de parto, no tenia contracciones, solo un dolorcillo de regla, por la mañana me levante y me fui al hospital porque con la bolsa rota no puedes dejarlo mucho, me ingresaron y alli me dejaron para ver si tenia contracciones pero nada de nada osea que me enchufaron la famosa y temida oxitocina.......tarde muchisimo en dilatar el cuello del utero, y cuando llegue a un centimetro yo ya me queria morir, pedi epidural como una loca, pero como iba delatando muy lentamente yo seguia pidiendo anestesia, y como la cosa se fue retrasando pedi mas, hasta que me quede medio ida, pero aun asi me seguia doliendo muchisimo, las ultimas horas no las tengo muy claras, yo no tenia ya ni fuerzas para saber ni lo que me estaba pasando pero bueno al final a las tres de la mañana lola quiso nacer.....(mas de 13 horas en una cama enchufada a goteos, monitores, aparato de tension y no se que mas.....), y para colmo, lola queria venir saludando y cuando corono salia con la manita, osea que imaginaros la episotomia que me hicieron, no me he mirado pero seguro que los puntos me salen por la pierna... pero bueno ya ha pasado todo y tengo a mi niña conmigo......

martes, 23 de noviembre de 2010

Memorias de una Teta

Soy la Teta Derecha. Una teta desgraciada, porque, a diferencia de mi colega, la Teta Izquierda, estoy lejos del corazón. Desde hace cosa de un mes y veinte días,  nos tienen sometidas a una presión extrema, trabajando a piñón porque la nuestra portadora parió una niña. O eso dicen, porque yo solo veo una máquina de tragar. A la Teta Izquierda, como es la teta del corazón, le parece todo bien, es así de ñoña, siempre dispuesta a quedar exprimida. Pero a mi, joé, me tienen martirizada, porque me ha estado doliendo un poco el pezón (¿será un pez grande?¿porqué se llama así?). Menos mal que Olga le recomendo a la mi portadora una crema que ha aliviado bastante la molestia (Purelan 100).
Mi vida no ha sido fácil. Cuando empecé a surgir, a protuberar, los hermanos de la mi portadora se dedicaban a machucarme con el balón de fútbol, (¡angelitos! ¡Dios les mande cinco hijas a cada uno!). Al principio, como todo al nacer, es pequeño, pero las proporciones empezaron a ser desmedidas al pasar los años. ¿Fue por comer almendras?¿acaso por comer tomates? La genética no cuadra en esta desproporción: las hembras de la familia de la mi portadora no son así... Y ahora hemos dejado de ser referencia sexual  para pasar a un puro estado de  fertilidad y abundancia. Ya no somos "brevas, peras, melones, lolas, mamellas..." sino "mamas, pecho, glándulas mamarias...". Tetas seremos siempre. Y nunca antes nadie nos miró con tanta pasión y necesidad, eso es verdad.

La mi portadora ha pasado muchos años en un perpetuo proceso de ocultación. Escondiditas hemos pasado por el mundo la Izquierda y yo. Pero ahora... ¿dónde está el pudor? ¿dónde la vergüenza?  Esta señora, la mi portadora, nos ha mostrado ya, en este mes y medio, allá por donde ha ido, pues la pequeña chupóptera nos reclama cada poco tiempo. Las madres de la vieja escuela asisten espantadas a esta nueva moda: por lo visto, en los años ´70 y ´80, los pediatras exigían un ritmo riguroso en las tomas, obligando a las madres a despertar a los bebés cada 3 horas y dejándoles llorar si reclamaban alimento hasta que se cumplía ese plazo. "Es necesario establecer una rutina y una disciplina rigurosa" decían estos doctos postfranquistas. Por eso andan ahora las abuelas revueltas, pues los modernos pediatras aconsejan que nos dejemos llevar por los recién nacidos, dándoles de mamar o el biberón, cada vez que lo pidan.
Hay tetas con suerte, que trabajan para bebés tradicionales, de los de "como-duermo, como-duermo, cago, como-duermo". Pero esta niña no duerme después de mamar... a veces se queda feliz, mirando los objetos que tiene alrededor, o pidiendo que la cojan en brazos... o... lo que es peor... se pone a llorar al alejarse de mi, pues es feliz usándome de colchón rexform. Y el llanto tiene un efecto lastimoso en nosotras, las Tetas: segregamos leche. ¡Y es un bochorno llevar unas notables manchas lácticas en la blusa verde de la mi portadora!
Hoy, Adriana ha pedido comida cada hora puntualmente. Y mira que... paraq ser brasileña debe ser la única que hace algo con puntualidad... 10:42, 11:43, 12:41... ¡uf!.  Mama unos diez minutos y ya. Las primeras semanas hacía tomas de 20 minutos en una de nosotras y unos 10  minutos en la otra. Pero ahora las tomas son más cortas. Supongo que es porque tiene más fuerza que al principio.
Algunos días Teta Izquierda y yo hemos recibido la visita de un buen amigo... según como se mire: don Sacaleches. Yo me pongo nerviosa nada más ver cómo se me acerca. Me bloqueo y me cuesta mucho darle lo que pide. La Izquierda, no, esa es más fresca y más suelta, la muy... No sé cómo es capáz de producir algo oyendo ese "ñick, ñick" que hace la bomba manual. Aunque nos han contado que es peor el sacador eléctrico. Pero, en el fondo, sé que es buena idea tener leche en el congelador, para permitir a la mi portadora hacer alguna actividad a más de tres metros de su hija. Y además, es muy bueno para el padre de la niña binaria (y para ella misma) tener ese momento alimenticio compartido.



Mi consejo a todas las Tetas Lactantes sigue siendo que se relajen y disfruten. Yo ya soy menos tiesa que hace un mes y, la verdad es que es más cómodo ser exprimida que ser substituida por leches condensadas y polvificadas. ¡Ánimo chicas! ¡Siempre nos quedará la cirugía estética!
PD. ¡¡¡FELICIDADES A LOLA y DANI por LOLA y a CRIS y JAIME por ZAHARA!!!

PD

domingo, 14 de noviembre de 2010

NEOMATRONAS (El País 13/11/2010)

Neomatronas

Los avances tecnológicos les hicieron perder su puesto en el parto. Pero no se rindieron, han vuelto a ocupar su lugar y ya se adentran en otras áreas sanitarias

INMACULADA DE LA FUENTE 13/11/2010
Ni se extinguen ni disminuyen sus funciones. Al contrario. Llevan años reinventándose. Y están de nuevo en alza. "Nos asocian al paritorio, pero estamos capacitadas para atender a la mujer en todas las etapas de su vida: adolescencia, embarazo, parto, menopausia...", afirma María Ángeles Rodríguez Rozalen, presidenta de la Asociación Española de Matronas. "Todos los organismos internacionales relacionados con la salud de la mujer indican que somos los profesionales idóneos para atender a las mujeres, en particular en su proceso reproductivo", sostiene. En el sistema público hace ya tiempo que tienen el control de la sala de partos cuando se trata de atender a gestantes sanas y sin complicaciones. Décadas atrás, con la generalización de los partos en hospitales y los avances tecnológicos, algunas de sus funciones perdieron cierta identidad. Traer un hijo al mundo se había convertido en un acto médico, incluso tratándose de embarazos "normales". Esa fiebre ha remitido y las matronas han recuperado poder.
Música relajante, pelotas gigantes suaves e hinchables en las que reclinar la cabeza, masajes en los pies, acupuntura... Todas estas técnicas y otras más se emplean ya en algunas maternidades para ayudar a las mujeres durante el periodo de dilatación. Parir sigue siendo un acto devastador para la mayoría de las mujeres desde el punto de vista físico, pero se trata de alejar el fantasma del dolor y del estrés. La última tendencia es despojar el parto de la excesiva tecnificación médica a la que se había llegado en las últimas décadas. "La mujer tiene que ser la protagonista de su propio parto", afirma María Josefa Rojas, "y no el ginecólogo", como ocurría tantas veces en el pasado.
Rojas, de 54 años, está convencida de la bondad de parir a la carta de acuerdo con las necesidades de cada mujer. "Tuve el privilegio de dirigir mi propio parto", asegura al recordar el nacimiento de su tercer hijo. Naturalmente, su domicilio se encuentra bastante próximo a un hospital. Ahora está destinada en un centro de atención primaria, pero ha trabajado en una maternidad y tiene suficiente perspectiva para analizar cómo ha cambiado la profesión. Hija de matrona, recuerda que en los años sesenta gran parte de las rurales desaparecieron y se produjo cierto vacío. "No solo dejaron de ocuparse del parto, sino de otras funciones relativas a la salud maternal", relata. En los últimos tiempos, sin embargo, se está dando un flujo de matronas a la atención primaria, "lo que está permitiendo recuperar el espacio que las más veteranas habían perdido".
Rojas señala que hay que humanizar el parto y contribuir a crear un vínculo inmediato entre la madre y el bebé. "En estos momentos nuestro papel es ayudar a la mujer a lo que ella decida, utilizando los medios adecuados. En las semanas previas al parto la mujer puede diseñar un plan sobre cómo quiere dar a luz. Si quiere anestesia epidural o no, si prefiere otra postura diferente a la más extendida".
Aunque mantenga su nombre femenino, es una profesión que pueden ejercer tanto hombres como mujeres. Ellos representan el 7% del colectivo: 444 hombres. En conjunto hay 6.275 matronas, lo que equivale a 54,93 por cada 100.000 mujeres en edad fértil. Con la paradoja de que aún hay alrededor de 4.000 matronas a la espera de obtener una plaza. En el último año se han incorporado solo unas 340, con la misión de cuidar la salud sexual de la mujer en las diferentes etapas de su vida. Esta cifra cambia cada año en función de las necesidades de las comunidades autónomas "y, desgraciadamente, del dinero que quieran invertir los consejeros", señala María Ángeles Rodríguez Rozalen. Las diferencias entre unas y otras autonomías son significativas. "En Andalucía, por ejemplo, hay muchos centros de atención primaria sin comadrona, algo vergonzoso", denuncia.
Desde 1992 se accede a matrona tras titularse como enfermero y especializarse en ginecología y obstetricia. Hasta 1986 solo tenían la especialidad de obstetricia. En 2009 se aprobó el nuevo plan de estudios, por el que Enfermería, hasta entonces una diplomatura, pasa a ser una carrera de grado. Para acceder a la especialidad tienen que pasar por un periodo de formación de dos años. "Se trata de hacer el EIR (enfermero interno residente), equivalente al MIR de los médicos", explica Sagrario Gómez Cantarino, jefa de estudios de la unidad de matronas del hospital de Toledo.
En la pasada década se produjo un cambio sustancial en su plan de estudios que definió de nuevo su papel, lo que supuso una pequeña revolución. Esa renovación implicó el cierre de las antiguas escuelas de matronas en 1987. Hasta 1992, en que se puso en vigor el nuevo plan, no hubo relevo. "Se ha perdido una generación. El 47% de las actuales matronas son mayores de 50 años. El resto es relativamente más joven. Tenemos una pirámide de edad un tanto extraña", explica Rozalen.
Sandra Sukarieh Noria, de 31 años, trabaja en atención primaria en Villaluenga (Toledo). Después de unos años en un hospital, se encuentra ahora en el ámbito rural. Día a día, su tiempo se reparte en controlar el embarazo y realizar la visita puerperal tras el parto. Un día a la semana lo dedica a preparar para el alumbramiento a mujeres que han pasado de las 38 semanas, practicando con ellas pujos (ejercicios para hacer fuerza durante el expulsivo del bebé). Otra de las tareas que más le gustan es la visita puerperal a las madres y a sus hijos al quinto día del parto.
Pero además de ocuparse del parto y del posparto, Sukaried se ocupa de talleres para mujeres en la menopausia. Otros de los territorios en los que empieza a moverse son el de la detección precoz del cáncer de cérvix y la orientación sobre planificación. "No podemos prescribir métodos, pero sí orientar sobre los que existen".
Blanca Herrera trabaja desde hace años como matrona de paritorio en el hospital de Baza, tras terminar la especialidad en el hospital San Cecilio, en Granada. "Hace unos siete años, tras un curso de natación para embarazadas, me embarqué con el Patronato de Deportes de Granada en aplicar este método. Ahora coordino dos grupos de embarazadas y disfruto mucho de esta parte de mi profesión, porque puedo estar en contacto con las inquietudes de las mujeres en el día a día del embarazo y siento que puedo serles de utilidad", explica. "Desde hace también unos cinco años acompaño en su parto a mujeres que desean tener a sus bebés en el domicilio. Es otra faceta de mi trabajo que me apasiona", asegura.
"En algunos países de la UE como Reino Unido, Holanda y Alemania las matronas tienen más autonomía. Han defendido su parcela de trabajo y tienen un gran prestigio social", asegura Herrera. En Francia pueden prescribir determinados fármacos y gozan de mayores competencias, algo que muchas de las españolas reivindican. No en vano, todas las matronas europeas deben tener las mismas funciones y competencia al estar reguladas por la misma directiva. En España, sin embargo, no pueden aún prescribir fármacos. "Aunque está en estudio, así como el uso controlado de oxitocina [destinada a regular las contracciones en el parto]", precisa Rodríguez Rozalen.
"Hace falta tiempo para que las matronas asuman sus funciones plenamente. Al haber estado durante años subordinadas a las indicaciones del especialista en obstetricia, como ayudantes o auxiliares del médico, necesitan un tiempo para asumir sus responsabilidades", asevera Blanca Herrera. "Lo ideal es que las mujeres, durante todo su ciclo reproductivo, incluyendo el embarazo, el parto y el posparto, tengan a su alcance a un equipo multidisciplinar", precisa.
La OMS sitúa en un 15% las cesáreas justificadas, un porcentaje que en España ronda el 23% como media. Aunque en la sanidad privada asciende hasta el 39%. "Las matronas están comprometidas con las recomendaciones de la OMS de abogar por la baja intervención siempre que sea posible", señala Rodríguez Rozalen, lo que reduciría el número de cesáreas. Se considera que no deberían sobrepasar el 22% de los alumbramientos, por lo que todo hospital que reduzca este porcentaje y se acerque al 15% alcanza niveles de excelencia.
Hubo un antes y un después de la epidural. Se paría con dolor, y los gritos de las embarazadas formaban parte del paisaje humano que rodeaba la sala de partos. Había incluso matronas que eran capaces de reconocer a las mujeres de las que se ocupaban por su forma de quejarse. La mayoría de las futuras madres paren hoy con este tipo de anestesia. Cuando no es así y surgen complicaciones, se utiliza la raquianestesia.
La episiotomía (incisión en la vulva para facilitar la salida del feto) es una práctica que en el pasado se utilizó de forma rutinaria y que las matronas quieren reducir. Sin duda, la anestesia epidural ha contribuido a que decrezca. "Se utiliza en el 23% de las primíparas, pero depende de las complicaciones", señala Rodríguez Rozalen. En este tema hay diferentes posturas, ya que hay matronas y ginecólogos que estiman que es mejor un corte limpio que un desgarro en el periné, mientras que otros sectores consideran que no hay evidencias de que sea así.
En los últimos años, las tasas de episiotomías han bajado del 80% o 90% a la mitad, y hay centros y profesionales que se mueven ya en el 20% e, incluso, que aspiran a que desciendan al 15%. Blanca Herrera pertenece al colectivo El Parto es Nuestro, un grupo de matronas que reflexiona sobre el tema en diferentes foros y que reivindica que las episiotomías no sobrepasen el 10%.
"El ámbito de la matrona abarca tanto la atención primaria como la especializada en hospital", afirma Sagrario Gómez. A la especialidad se accede tras realizar un examen de oposición para optar a una plaza de residente. La exigencia de un título previo de diplomado o graduado en Enfermería permite que el programa se oriente a la teoría y a la práctica clínica". Gómez Cantarino hizo sus prácticas en el Hospital Universitario de Getafe (Madrid). "Pasé por rotaciones, estuve en consulta y participé en programas de detección de cáncer uterino y educación sanitaria de la población gitana, etcétera". Ahora, como jefe de estudios de la unidad de matronas en la que trabaja, coordina la formación de unas 20 residentes. Ella misma está haciendo el doctorado. "Al haberse elevado la titulación, tenemos más salidas", explica.
En este momento, no obstante, las matronas se enfrentan a un nuevo problema de competencias "creado por la ministra saliente de Sanidad, Trinidad Jimenez, al aprobar una orden ministerial que regula una especialidad nueva: enfermería comunitaria y de familia, a la que otorga competencias para la formación sobre la salud sexual y reproductiva propias de las matronas", denuncia Rodríguez Rozalen. Esta norma ha sido recurrida por la Asociación Española de Matronas.

Aprender a respirar


La música invita al movimiento e inunda la pequeña sala del centro de salud. "Ahora, a respirar... Hay que aprender a reanudar la respiración si sobreviene una contracción. Y evitar la rigidez. Nunca hay que levantarse del suelo echándose hacia delante, sino de lado, para no presionar al bebé", indica Soledad Alférez con voz firme y suave. "Ahora la pareja tiene que sostener la cabeza de la embarazada desde atrás para que esta pueda ejercitarse en empujar. Hacerlo solo las que estéis de menos de 27 semanas...", aclara. Unas 10 mujeres en avanzado estado de gestación, la mayoría acompañadas de sus respectivas parejas, la obedecen. Soledad Alférez dirige varias sesiones de gimnasia para embarazadas todos los miércoles en el centro de salud de la calle de Eloy Gonzalo de Madrid. En la sala suena una música relajante que facilita los ejercicios, aunque hace calor y apenas caben en ella las 10 mujeres y sus parejas. Hay, incluso, un niño vestido de colegial que está quieto y serio al lado de sus padres mientras estos siguen las indicaciones de la matrona. No tienen dónde dejarlo esta tarde y la madre no quiere perderse una de las ocho sesiones de que consta el curso.
La matrona hace una pausa, cambia de registro y pone una cinta algo más alegre "para estimular a bebés". Luego pide a las gestantes o a sus parejas, si están con ellas, que se den masajes en el vientre para trasmitir esa sensación a sus hijos. Alférez vive intensamente estas sesiones, casi tanto como las futuras madres que adquieren su técnica. Es una de las muchas tareas que tiene asignadas. Está adscrita como enfermera a un centro de atención primaria situado en la calle de Andrés Mellado, pero ha pedido que le permitan seguir realizando esta función cada miércoles. Sus mujeres y sus hombres la esperan

martes, 9 de noviembre de 2010

35 días con ella


Otro ratito que me deja mi nueva inquilina, inquilina pectoral, claramente, todo el día colgadica, como un vampiro láctico. Pero menos mal, porque si no es por ella las mamas no me las exploraría el ginecólogo: enviarían a un astrofísico de la Nasa a ver si son satélites de Júpiter que se han desviado de su órbita.

Antes de nada, felicitar a todos los niños que han nacido estas últimas semanas porque tienen unos padres geniales: Marcos tiene a Natalia y a Pedro, en Madrid, Otto a Hugo y a Cristina, en Valencia y Marco, a Ana y Carlos en Soria,  Samuel a Álvaro y Amaya en Madrid-Burgos (espero que los datos sean correctos, a ver si la estoy cagando y estos padres estupendos dejan de ser amigos míos, ejem...)

No vamos a hablar hoy de guarrerías, no. Vamos a inmersionar de lleno en el sistema capitalista: ¿qué coño hay que comprar y/o heredar para este primer mes de vida de los pequeños homínidos? Ya hemos ido hablando en alguna de las entradas de la sexi-lencería, o de los aperos tipo conchas de pezón... Puede que a algunos os oriente un poco qué tener antes de pasar por el hospital. Supongo que, como nosotros, sois de los de "no vamos a llenar la casa de trastos"... mentira cochina... un mes después de nacer Adriana no hay sitio en casa para guardar mantas, sacos, pañales, peluches, hamacas y minigimnasios... y eso que estamos lejos de España...

Bueno, al grano:
EN EL HOSPITAL:
No sé lo que os dirán allí en la Patria Lejana, pero aquí me mandaron llevar:
*Para el bebé:
- body y pijama para ponerle según nace (dos o tres de cada) con gorrito y manoplas. Recomiendan poner en una bolsita cada conjunto y señalar cual quieres que le pongan primero, para evitar los problemas de tener que elegir en el momento en que está berreando.
-una o dos mantitas para ponerle en la cuna del hospital o arrullo (que es una cosa muy mona, tipo toallita forrada que a mi me hizo la madre de Raúl y luego te sirve para todo)
*Para la madre:
- pijamas o camisones con abertura delantera para amamantar (dos o tres... ). Supongo que allí no hace falta llevar estas cosas pòrque Santa Seguridad Social guarnece de todas estas cosas.
-sujetadores de amamantación (la lencería de Torquemada, ya vimos...)
- Muy importantes las compresas gigantescas posparto. Yo creía que eran para unos pocos días...pero son para más de un mes, porque después del parto estás echando coagulillos durante la cuarentena (otro día hablaremos de verdades y falsedades de la cuarentena, menudo periodo...)

EN CASA:
Cuna (pasando de moisés, que por lo visto se quedan pequeños en un par de semanas) con dos o tres juegos de sábanas. Para que no se sienta perdido en la cuna hay unos cojines antivuelco (también se los hice yo, es que antes de parir, ¡qué tiempos! tuve mucho tiempo libre).




El primer año no se puede poner edredón, es mejor varias capas de mantitas para poder quitar y poner. Peeero, si como mi Perlita de Paraná, vuestros hijos son inquietos, es mil veces mejor comprar saquitos de bebé (los hay en Ikea, en H&M y en las tiendas de bebé) . También compramos un cojín antireflujo que por lo visto evita la muerte súbita del lactante (ver fotos en la entrada de "lencería...").
Las protecciones de la cuna que vi aquí eran horrorosas: angelitos, bailarinas, volantes y movidas mazo pomposas, así que finalmente se las hice yo, sencillas y blancas.


Hay unas lamparitas en Ikea que cuestan 13 euros y son guays para no escoñarte por la noche o para ver algo cuando nos despertamos para mamar o para lo que queráis. A mi me parecen un inventazo...

Otro inventazo: saquito de semillas para calentar en el micro-ondas 20 segundos y ponérselo en la tripita para aliviarle los gases. Infelizmente los primeros meses son un infierno de gases y cólicas para los bebés, que nunca han hecho la digestión y, de repente, notan movimientos en suis intestinillos y además les fermenta la leche. Pobres, qué mal lo pasan. En este caso la bolsita de semillas la he hecho yo misma con lentejas y da muy  buen resultado: dos círculos de tela de unos 15 cm. de diámetro, cosidos y rellenos de semillas. Chachi.

Para el BAÑO hay unos cubos para recién nacidos que, sinceramente, son cubos normales pero que en vez de costar 5 euros cuestan 40, así que cada uno con sus cadaunás. Los primeros días lloran por todo, pero luego parece ser que lo del baño les mola. Juanmi me mandó un enlace con patitos de goma punkis, Duck Vader y la princesa Leia. Os copio: http://www.misdiablillos.com/listado.php?idcategoria=19
Yo no tengo termómetro, uso el viejo truco de echar el agua en la vuelta del brazo a ver si quema o está fría.
En el cursito preparto nos enseñaron a poner sobre la toalla normal una gasa grande para poder secar mejor al recién nacido. Es más cómodo, la verdad.

Mis amigas de Curitiba, todas madres experimentadas, me recomendaron (y me regalaron) una hamaquita para poner a la niña durante el día. La verdad es que ahora que empieza a hacer calor estoy poniéndola bastante, aunque aún se tiene que acostumbrar. Pasa más tiempo en el carrito, que por cierto, compramos uno que parece un tractor, pero menos mal, porque ir de paseo por estas calles es más difícil que un rally con la Lomana de copilota...
Y lo que me está molando es el cojín de lactancia, porque es más cómodo, además puedes apoyar al bebé mientras haces otras cosas.

También me está resultando muy útil un cambiador portatil e hinchable que descubrí en Ikea por 5 leuros, porque lo ponemos encima de la cama, o en la mesa o donde necesitemos en cada momento.

Los primeros 31 días creo que ha consumido unos 157 pañales: unos 5-6 por día. Bueno, ahora consume 7-8 al día. Eso es para que os hagáis a la idea...

De ropita para el bebé... uf... bodys y pijamas. Voy a buscar la lista y os la copio, que la he perdido...


viernes, 15 de octubre de 2010

Adriana y el mundo exterior

Por fin un minuto libre. ¿Cómo puede una cosa de 3 kilos ocupar a cuatro adultos a tiempo completo? Ya sé que nos lo habíais advertido, pero no me lo he creído hasta vivirlo.

Como decía Lucía S. en uno de los primeros comentario de este blog, una cosa es lo que planeas para el parto y otra lo que acaba ocurriendo. Mi idea, como quedó clara anteriormente, era un parto natural, con su respiración, sus dolores, contracciones... El mayor miedo que tenía era romper aguas en la cama, porque vaya ascazo tener que secar el colchón en una ciudad más húmeda que la Atlántida después de hundirse.
Mira por donde... no me tuve que preocupar por eso. Con 39 semanas y cínco días, es decir, a punto de salir de cuentas, fui a una visita de rutina al ginecólogo, en su consulta llena de recuerditos de otros niños bien-nacidos. Recordemos: mi médico es fanático de la cesárea y llevo 9 meses peleando con él para evitarla. Por fin le habíamos convencido, porque todas las ecos indicaban que el bebé y yo estabamos preparadas de sobra para el parto natural, éramos óptimas por constitución y esas cosas. Entré en la consulta reprochándole que, pese a sus previsiones, la niña no había nacido el sábado anterior.
- ¿Qué hora es?- me pregunta él.
- la 1:15- respondo mirando al reloj.
- pues en dos horas nace Adriana.
- ja ja, ji ji, sí claro...
- anda, pasa a la camilla que te exploro - (esta frase siempre me hace sentir como una selva virgen, como África frente al dr. Livinstongsupongo)
Allí tumbada, mientras medía los latidos de su corazón, tuve una contracción de las indoloras.
-Mira- dijo el doctor- sus pulsaciones están a 80.
-Vale- dije yo (¿a cuanto tenían que estar??? pensé)
- Mira ahora -tock tock tock- están a 160.
-Bien (¿a cuánto tienen que estar, joé?)
- Vístete y siéntate.
En la otra silla estaba mi madre. Siempre viene Raúl conmigo a las consultas, pero esta vez, como era una simple revisión, mis padres vinieron conmigo. Primero fuimos de turismo al Mercado Municipal, que es muy chulo, con sus cajas de frutas infinitas, sus carnes con moscas, sus pájaros y sus gentes. No compramos nada porque el sábado íbamos a volver. En fin. Volvamos a la consulta.
- lo que dije antes de parir en dos horas era broma- me dice el ginecólogo muy serio- pero ahora NO es broma. Tienes que ir directa al hospital desde aquí.
- ¿Es porque estoy dilatada?- pregunto con una dudosa sonrisa in the face.
- No, es porque ... (aquí comienza a borrarse el correcto entendimiento, sólo me llegaban palabras sueltas) corazón...cardiopatía... sufrimiento fetal... cordón umbilical... urgente... cesárea...no hay que hacerse la valiente... peligro... riesgo...
Vale. Entré en estado de "chock". A todo esto, mi madre al lado entendía menos que yo. Sólo me veía intentar llorar y ponerme pálida agarrándome la barriga. Y se puso nerviosa también. Intentaba consolarme y yo no me dejaba. El propio médico llamó a Raúl, que claro, se pegó un susto de  los grandes.
-Id directos al hospital. Nada de pasar por casa. No hagas como las brasileñas- me comentaba mi médico brasileño- que se van de aquí a hacerse la manicura, a alisarse el pelo, depilarse... nada, tú directa al hospital, es urgente. ¡¡Y no bebas ni comas!!
- Meu deus, si tenía más hambre que los pavos de Manolo!!! Pero bueno, era lo de menos. Raúl nos recogió y fuimos corriendo para el hospital, pero mi casa está al lado y pudimos coger las maletas, al menos para que la niña tuviera ropa al nacer. Íbamos acojonados, porque no sabíamos si Adriana estaba bien o no, joder, algo pasaba con su corazón, mi niña (Dios, ya estoy llorando otra vez, y eso que ella está aquí, viva, sana, a nuestro lado)
Además, yo seguía en estado de shock, y entre lo poco que acertaba a pensar era que el médico me estaba engañando para abrirme ese día porque le venía bien. Pero en fin: habíamos decidido confiar en él y no tenía sentido atormentarme. Intentaban animarme: "en poco tiempo tendrás a tu hija en brazos". Pero no reaccionaba. Estaba en stand by, en kit-kat, amodorrada.
Llegamos al hospital. (NOTA: increíble, pero para entrar al hospital tienes un parking privado, así que aunque vayas de urgencias, tienes que llevar cambio, madre mía, que rudo capitalismo) Primero tenemos que ir a Ingresos a rellenar papeles de seguros, habitaciones y servicios. Llegó mi médico pisándonos los talones y nos metió para el quirófano a todo meter. En un ratito tenía la raquianestesia enchufada, mientras a Raúl le buscaban una bata adecuada... todas le quedaban ridículas. Me pusieron como a un cristo, con los brazos en cruz llenos de cables. Ese día aquello parecía naciones unidas: también estaba de parto una rusa que sólo hablaba inglés. El anestesista llegó y me dijo:
- Good morning, Araceli. Are you ready?
- Ah, no, por la cesárea paso, pero no quiero un parto en inglés, por favor!!!
-¡Disculpa, es que vengo del quirófano de la rusa...!
- ¿Donde está mi Raúl, no me abras sin Raúl!- le decía al doctor.
Raúl llegó, se puso a mi lado y entonces me relajé. Bueno, vale, puede que me hiciera efecto entonces la anestesia.
Comenzaron a hurgarme en la barriga, aunque yo no veía nada ni sentía dolor, pero sí el movimiento que os puedo jurar que es una sensación un poco extraño-asquerosa. Al rato me dijeron:
- Ahora va a nacer tu hija- toquetéo-plof-buaaaa- Mira, tu hija.-
Las 14:42. 01/10/2010.
Sólo vi una cosita con sangre y fluídos, mi niña, sana y salva. Dos lágrimas me rodaron, una por cada ojo. Se la pasaron a Raúl y ya me quedé tranquila.
Raúl pudo ver como la sacaban: también vio el cordón umbilical enrollado en su cuellito. ¡Viva mi doctor Maestri, que lo averiguó una hora antes!
Al cabo de un rato regresó con la niña envuelta, después de medirla (49cm), pesarla (3105 grm). Como a mi me tenían amarrada a cables y sueros y tubos, no podía cogerla, pero como estaba en brazos de su padre, al menos me dejé sacar el resto de movidas placentarias y liquosas que tenía por dentro. Adriana no dejaba de llorar, Raúl tampoco, y yo sólo llegue a ver una uñita de su mano, taaaan pequeña y`perfecta...

viernes, 1 de octubre de 2010

APRENDIENDO A SER MAMÍFERO

Para no centrarnos sólo en lo escatológico del parto, pasemos a otro tema: lactancia. Como propone Lorena, he  incluido una encuestilla sobre amamantar en público o no. Ya vimos la foto de la eurodiputada italiana que se llevó a su niño al curro. Molaría poder hacer todos algo así. Bueno, paso a materia. Me gustó tanto este artículo que fue la causa de que se me ocurriera crear este blog. No sé si seguirá valiendo el enlace: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Aprendiendo/ser/mamiferos/nuevo/elpepisoc/20100804elpepisoc_1/Tes
pero también os lo pongo aquí:
Aprendiendo a ser mamíferos de nuevo (Cecilia Jan, 4/8/2010)


Pocas mujeres dan a sus bebés el pecho pese a las políticas públicas de fomento de la lactancia materna - Pesan la cultura del biberón y la falta de formación y apoyo de los profesionales

Una de las experiencias más agobiantes para una madre primeriza es intentar que el bebé llorón y hambriento que acaba de revolucionar su mundo se enganche al pezón, dolorido por las grietas, mientras su suegra repite: "Dale un biberón, se crían igual de bien". Y es que cualquier conversación de madres, un vistazo a los foros de Internet, o la cantidad de artilugios inventados para facilitar la lactancia materna parecen indicar que somos unos extraños mamíferos que ya no sabemos alimentar a nuestros bebés, y que nos extinguiríamos si no existieran los biberones.
¿Por qué algo en teoría natural resulta tan difícil hoy en día, hasta el punto de que muchas madres deciden no dar a sus bebés leche materna, pese a sus incontables beneficios, tanto para la salud como para la vinculación afectiva? La Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef y la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan amamantar de forma exclusiva (sin agua, zumos, infusiones, ni leche artificial) hasta los seis meses de vida, y seguir con la lactancia, junto con otros alimentos, hasta los dos años o más.
Pero la realidad es muy distinta: aunque a la salida del hospital, la mayoría de las madres (80%) dan el pecho, a los tres meses solo el 52,5% de los niños toman leche materna en exclusiva, y a los seis, el 36%, según los datos que dio el lunes, comienzo de la semana mundial por la lactancia, la AEP.
Una mezcla de falta de formación y de apoyo coordinado de los profesionales, junto con la información insuficiente de la futura madre, sometida a un bombardeo de falsos mitos y presiones familiares y sociales, dificultan que se cumplan las recomendaciones sanitarias y los deseos de muchas mujeres de prolongar la lactancia. Subyace la pérdida de referentes culturales, tras décadas en las que no hemos podido aprender a amamantar observando a otras mujeres pues el biberón se ha convertido en la norma, en gran parte por la mercadotecnia agresiva de los fabricantes, que han logrado que se vea como positivo alimentar a los bebés con leche de otra especie -la vaca- en la que hay que eliminar y añadir componentes para imitar a la leche materna. Si se suman las raquíticas políticas para compaginar lactancia y trabajo, como la baja maternal de 16 semanas, el resultado es obvio.
La vivencia de Mónica Cuello, de 31 años, es un ejemplo de esta conjunción de factores. No pensaba amamantar -"mi madre no pudo", dice, algo de lo que están convencidas muchas mujeres que dieron a luz en la segunda mitad del siglo XX-, pero tras las clases de preparación al parto, decidió hacerlo. "El problema es que te dicen que es importante dar el pecho, pero no cómo ni qué esperar", opina esta mujer trabajadora. "No me informé más pues creía que era algo natural".
Cuando nació Alejandro, hace 15 meses, se dio de bruces con la realidad. "El primer día ni me preguntaron cómo me iba. Sólo me dijeron que me lo pusiera 10 minutos a cada pecho cada tres horas". Cuello pensaba que mamaba bien, pero al día siguiente había perdido el 7% de peso, y le dieron un biberón de leche de fórmula. Cuando al fin una matrona le ayudó a colocarse al niño al pecho, le dolió mucho. "Me dijo que tenía que doler". Esta madre abandonó la lactancia antes de salir del hospital. "Del dolor tan fuerte me deprimía y no me permitía estar bien con el bebé".
"El mayor error es que las madres lleguen pensando que dar el pecho es fácil", opina Jesús Martín-Calama, coordinador nacional de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia. Lanzada por la OMS y Unicef, acredita a los hospitales que cumplen una docena de pasos con el sello IHAN, que en muchos países se identifica con una atención de calidad. "En el 50% de los casos, hay problemas", dice Martín-Calama. "Los bebés se tienen que adaptar al pecho de su madre, y para eso, necesitan paz, tranquilidad, tiempo para ponerse en contacto y acoplarse", explica. "Que quede claro que los primeros 10 días no es fácil, no es lo bonito que vendrá luego. Pero como no ayudes a la madre esos primeros 10 días, se quedará sin vivir esa experiencia".
Para Martín-Calama, "lo que distorsiona todo es la gran facilidad para solucionar cualquier problema con un biberón, lo que no sucede en la naturaleza. Al mínimo contratiempo, se tira la toalla", afirma. "El mundo sanitario sigue sin confiar en que la madre produzca suficiente leche, lo que hace que muchas abandonen en los primeros meses", critica Gema Cárcamo, presidenta de Multilacta, una asociación madrileña de apoyo a la lactancia.
"Ni para ser médico ni pediatra me enseñaron nada sobre lactancia", dice Carlos González, autor de Un regalo para toda la vida. Guía de la lactancia materna. "Ahora sí se hace, pero los médicos que llevan más años necesitan un reciclaje". Es un problema común en los países desarrollados. "Con demasiada frecuencia, cuando hay dificultades, los profesionales de la salud suplementan con biberones, por falta de las destrezas o la experiencia necesarias", dice Bernadette Daelmans, médica del equipo de salud y desarrollo de recién nacidos y niños de la OMS.
Josefa Aguayo, miembro del comité de lactancia materna de la AEP y jefa de sección de Neonatología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla va más allá: "Hay muchas interferencias. Empieza desde la medicalización del parto, lo que se ha extrapolado a la lactancia y la crianza", opina. "Aún hace falta mucha formación", afirma Aguayo, para la que es fundamental que los profesionales, desde atención primaria, transmitan un "único mensaje" a la mujer. Coincide Concepción Martínez, vicepresidenta de la Federación de Asociaciones de Matronas de España, quien añade: "Se ha perdido el instinto. Un recién nacido, si lo dejas sobre su madre, piel con piel, a los 70 minutos como máximo empieza a mamar".
La experiencia de Cuello también muestra una situación frecuente, tanto en centros públicos como privados: la contradicción de que una política oficial de apoyo a la lactancia materna, en la práctica, choca con rutinas anticuadas, falta de formación o un simple comentario de un profesional, que dicho en un momento de máxima sensibilidad y agobio, puede acabar con el deseo de amamantar de la mujer.
Aunque el hospital de Cuello siguió la recomendación de poner al recién nacido sobre la madre, llevó a cabo prácticas desaconsejadas: fijar duración y tiempo a la toma, dar leche artificial sin haber intentado que la madre se extrajera leche, y hacerlo en biberón en vez de con jeringuilla (para evitar que el bebé confunda el modo de succionar la tetina con el del pezón, totalmente distintos). Y por último, dejar que la mujer se fuera con la convicción de que dar el pecho es doloroso, cuando con solo corregir la postura podría haber dejado de serlo.
"Desde 2008, sabiendo que las cosas no se hacían bien, empezamos un proyecto de fomento de la lactancia materna", explica la doctora Begoña Arias, responsable de este programa en los hospitales de Sanitas, entre ellos el de La Moraleja, donde dio a luz Cuello. Arias reconoce que, por desgracia, "estas cosas puntuales seguirán pasando", aunque se trabaja para evitarlo: han dado charlas de formación a todo el personal, están cambiando protocolos de actuación, y han creado una consulta externa de lactancia para las madres una vez recibida el alta.
"Es muy difícil lograr el cambio de mentalidad de todos los profesionales de un centro", confirma Martín-Calama. En España, sólo hay 15 hospitales acreditados por la IHAN, y otros dos están en proceso muy avanzado. Son menos del 10% del total, frente al 90% en países como Suecia o Noruega. "Hay que poner a todo un hospital, incluidos auxiliares o celadores, a trabajar para una causa", explica.
El 12 de Octubre (Madrid) está a punto de lograr la acreditación, algo meritorio, según Martín-Calama, dado el tamaño del centro, con 7.000 trabajadores. Es el primer hospital español con un banco de leche materna, y sigue prácticas como limpiar al recién nacido o valorar su salud encima de la madre, incluso tras una cesárea si su estado lo permite. Las vacunas o el peso se posponen dos horas, y se intenta que madre y niño se separen lo mínimo. Un profesional observa la primera toma para prevenir problemas.
Este centro cuenta con una consultora certificada en lactancia materna, Juana María Aguilar. Una de sus labores es impartir talleres a las madres ingresadas. En camisón, y la mayoría con el bebé de pocos días en brazos, las mujeres, algunas muy jóvenes, muchas inmigrantes, desgranan sus dudas. "Las clásicas son: 'No tengo leche', '¿Le alimentará lo suficiente?' y '¿Se queda con hambre?", resume Aguilar. Durante la charla, muy participativa, esta enfermera intenta reforzar la confianza de las madres.
"El pilar fundamental es que la mujer desee lactar. Cuantas más armas le ofrezcamos para que informe a la familia y a la pareja, mejor", afirma. Armas necesarias para vencer la presión de madres y suegras de las parturientas. "Pues yo te crié con biberón y mira qué bien estás". O "¿Por qué pide tanto? Se ha quedado con hambre", son dos clásicos que alimentan las inseguridades maternas.
Una vez la madre consigue lo más difícil, instaurar la lactancia, las presiones, incluso de los propios pediatras, continúan con comentarios como "ya es muy grande para tomar el pecho" o "lo estás malcriando". "A menudo, familiares y amigas de la madre saben muy poco de lactancia, o han tenido experiencias negativas y no la pueden ayudar. De hecho, puede oír todo tipo de comentarios destructivos de gente ignorante que no entiende el proceso de la lactancia", afirma por correo electrónico Christiane Rudert, experta en nutrición de Unicef.
Por suerte, el panorama, poco a poco, está cambiando. "Hace 20 años, era rarísimo que alguien diera el pecho más de seis meses", asegura Carlos González, quien reivindica el amamantamiento, más allá de los beneficios para la salud, como "un derecho, una experiencia vital" muy importante para muchas mujeres. "Mejorará a medida que salgan nuevas generaciones de médicos con formación en lactancia materna, y se vean más mujeres dando el pecho. Es un círculo virtuoso".
FALSOS MITOS SOBRE LA LACTANCIA

Los expertos consultados para este artículo responden:
- No tendré suficiente leche. Muy pocas mujeres no producen leche. Tener más depende de que el bebé mame muchas veces y de forma eficaz, vaciando el pecho. Para que el pecho adapte su producción a la necesidad del niño, hay que darle cada vez que pida, no "cada tres horas 10 minutos de cada pecho".
- Se queda con hambre. Al dar el pecho, nunca sabemos cuánto toma el bebé. Por eso hay que darle según pida y dejar que llegue a la leche del final, más grasa. Hay épocas en que mama con más frecuencia (brotes de crecimiento), para aumentar la producción.
- El calostro no es bueno. La primera leche, muy concentrada, tiene muchas proteínas y defensas. Se produce poca porque el estómago del recién nacido es muy pequeño, como una canica.
- Dar de mamar duele. En situaciones normales, no duele. El dolor es síntoma de problemas, como las grietas, que son fruto de una mala postura al mamar, y desaparecen al corregirla.
- Mi bebé crece menos que los que toman biberón. Hasta hace poco, las curvas de crecimiento se basaban en niños alimentados con leche artificial, lo que podía llevar a recomendar una obesidad prematura. La OMS ha publicado nuevas tablas, con los niños amamantados como referencia de crecimiento saludable.
- Toma el pecho por vicio, lo malcriaré. La OMS recomienda amamantar como mínimo hasta los dos años. El pecho no solo es alimento, también consuelo, por eso los chupetes imitan al pezón.
- No puedo dar el pecho porque tomo medicamentos. Muy pocos tienen efectos sobre la leche materna.
LOS RIESGOS DEL BIBERóN
 Si hubiera una vacuna que redujera el riesgo de meningitis bacteriana, diarrea, otitis, infecciones respiratorias, diabetes, linfoma, leucemia, obesidad, asma y síndrome de muerte súbita del lactante, ¿se la pondría a su hijo? ¿Y si además protegiera a la madre de la osteoporosis, el cáncer de mama y de ovarios y la ayudara a perder peso? Esa vacuna existe, pero pocos niños y mujeres se benefician de ella, y menos de la forma óptima recomendada por las organizaciones médicas. Es la leche materna.
"Las ventajas son tantas que más bien hay que hablar de los inconvenientes de los sucedáneos de la lactancia materna. Es como con el tabaco: hay que proteger de la lactancia artificial, no demostrar las ventajas de la lactancia materna", afirma Josefa Aguayo, del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. Aunque la creencia popular es que las leches de fórmula son casi tan buenas como la materna, los expertos alertan de sus riesgos: "Hay más alergias, riesgo de desarrollar procesos infecciosos, obesidad...", cita Aguayo.
Según la OMS, la prolongación de la lactancia hasta los seis meses en exclusiva y hasta los dos años de forma complementaria salvaría cerca de 1,5 millones de vidas anualmente. Incluso en sociedades industrializadas, la leche artificial se asocia a mayor riesgo de enfermedad y muerte: "Un estudio muestra que se podrían salvar 9.000 vidas al año en EE UU mediante el amamantamiento exclusivo y prolongado" por la reducción del riesgo de muerte súbita, dice Christiane Rudert, de Unicef.
El fomento de la lactancia es "una prioridad", dice Concepción Colomer, directora del Observatorio de Salud de las Mujeres, del Ministerio de Sanidad. "Aquí no hay controversia, está demostrado que es lo más conveniente". Por eso la estrategia de salud sexual y reproductiva que preparan Gobierno, comunidades autónomas y asociaciones científicas incluye un apartado sobre el tema. Uno de los puntos del texto, al que ha tenido acceso EL PAÍS, es "aplicar el código de comercialización de sucedáneos de leche materna" para "proteger la lactancia materna de prácticas publicitarias engañosas que inducen al abandono de la misma". El marketing de los fabricantes fue uno de los factores que hicieron que en el siglo XX la lactancia materna casi desapareciera en los países desarrollados. El código, aprobado en 1981 por la OMS, prohíbe anunciar leche artificial o dar muestras. Pero en España y en el resto de la UE sólo se aplica parcialmente.
¿Y si la madre no quiere dar el pecho o no lo consigue? "Lo importante es que la decisión sea informada. No hay que presionar a la mujer", dice Aguayo. "Prefiero una madre que dé el biberón con cariño a una que amamanta con mala leche", opina Gema Cárcamo, de la asociación Multilacta. Carlos González tiene otra visión: "La lactancia es una parte muy importante del ciclo de vida de la mujer. Por desgracia, la sociedad no comprende que, si no lo logra, es normal que le dé pena o rabia".

martes, 28 de septiembre de 2010

¿Dónde están los hombres? El parto "plis-plas" de Maribel

Buenas, señoras y señores. Como la entrada que ha escrito Olga contando su parto ha tenido un gran éxito, os pongo el parto de Maribel, que nos contó en un comentario hace un par de meses. Así tenemos más idea de distintas posibilidades porque... está visto que cada una somos un mundo... así que a ver si se animan los ya madres-padres a contarnos sus experiencias. Por cierto, machos machotes, a ver si nos contáis cómo vivís vosotros todo esto, que digo yo que también tenéis una opinión al respecto, carajo...

Hola!!
Yo no estoy embarazada, pero hace 5 años lo estaba.
Cada embarazo es un mundo y cada parto un universo.
Ara, lo de las contracciones del blaston ese, yo las tenía desde los 5-6 meses más o menos. Simplemente notaba que la barriga se me ponía durísima. Me dijeron que no era nada alarmante, pero que si se repetía mucho, tendría que 'bajar el ritmo' y descansar (y yo, que soy muy obediente, me cogí la baja a los 7 meses).
Sobre las contracciones de parto, creo que soy rara de narices porque no he conocido aún a nadie que las haya tenido como yo... indoloras!
De hecho, yo ni siquiera estaba segura de estar de parto. Estaba de 37 semanas y dos días y me desperté "rara". La barriga se me ponía dura y David (mi hijo) no se movía, cosa rara en él. Al cabo de una hora, que serían las 6 de la mañana, me empecé a alarmar y mi marido me trajo bombones para que el niño, con el dulce, se moviera, pero aparte de ponerme hasta el culo de chocolate, no conseguimos nada.
Nos duchamos, desayunamos, fuimos tranquilamente hasta el hospital y llegamos a las 8 y media. Sí que es cierto que parecía que el endurecimiento de la barriga seguía un patrón, pero como no dolía, tampoco sabía bien cuándo empezaban y cuando acababan. Total, que decidimos dejar la canastilla en el coche, porque sinceramente, me daba vergüenza parecer una primeriza histérica porque el niño no se movía.
Pero no, resulta que al hacerme el tacto, estaba dilatada de 5,5 cm... Es decir, de parto.
No sé lo que es el tapón y las aguas me las rompieron en la sala de partos... (como buena catalana "to pa mí").
La epidural la pedí nada más saber que estaba de parto, "por si acaso luego aquello tenía que doler". La mala suerte la tuve cuando se me pasó el efecto y al niño le dio por salir entre epidural y epidural... o sea, al vivo! Pero bueno, fueron 15 minutillos de dolor (mucho dolor, pa qué mentir). David pesó 2,970 Kg y midió 49,5 cm.
La placenta... efectivamente, es como un hígado enorme y asqueroso. Yo tuve la suerte de que no tuvieron que hacerme episotomía (se llama así al tijeretazo que te meten si no dilatas lo suficiente, no?) y la comadrona me dijo que, si apretaba y la sacaba yo sola, no me cortaban, así que hice el esfuerzo (que fue casi como tener un 2º bebé en el parto), fuera pegote y todo acabado!!!
Aquí, en Barcelona (o al menos en Sabadell, que es donde yo parí), ni te preguntan qué quieres hacer con la placenta. La tiran y punto. Personalmente pienso que es algo asquerosilla, pero cada uno tiene sus ideas.
Espero haber dado ánimos a todas aquellas que no hacen más que oír de partos de 10 horas y largas torturas a base de contracciones inacabables... Que sepáis que también existen los partos "plis-plas" como el mío, que es lo que os deseo!!!
Besotes!

sábado, 25 de septiembre de 2010

OVARIADAS... PARIENDO (por Olga)

 (Olga Inés nos cuenta su parto. ¡Qué bueno, Ol! ¡Muchas gracias por compartirlo!)

Estaba en la semana 36. a las 12 de la noche. Viendo "six feet under". me levanté un momento y me meé. me senté. Ups. ME levanté. Me volví a mear. UpsUps. Que va a ser que he roto aguas. Que una cosa es que me salga un chorrín de incontinencia y otra que empape dos veces las bragas.
- Orseeeeeeeee. Que he roto aguas!!!
-no mujer... será el tapón mucoso
- El tapón mucoso es mucoso y denso. Y esto es un chorreo de no parar. tengo la pierna empapá!
- que nooo :S que será el tapón mucoooosoo
Y claramente no. Llamo al ginecólogo (por cierto, altamente recomendable para no histéricas. Un hombre jubilado de 80 años y sabio a quien se la soplan los protocolos. A mí, me encantó, la verdad.
- Eduardo! que he roto aguas!
- Pero mujer, si habíamos quedao pasado mañana para hablar del parto!
- Ya. Bueno. Pues he roto aguas
- Andaaaa, fíjate. Bueno chiquilla, tú tranquila y no te preocupes. Échate a dormir, que tienes que descansar. Y si durante la noche no tienes contracciones, pues mañana por la mañana, a eso de las 11, tranquilamente te vienes a mi consulta y hablamos sobre el parto. Porque eso sí. Mañana eres madre sí o sí. Pero podemos esperar hasta el medio día para provocártelo si no empiezas antes tú solita con las contracciones. (DUERME TRANQUILA! ¡MAÑANA ERES MADRE!!)

Cómo quiero el parto? Mi idea es parir en un hospital con el menor protocolo posible. De entrada, y aunque no la descarto del todo, prefiero plantearme un parto SIN EPIDURAL. Por lo menos, sin Oxitocina sintética. Quiero que Orse esté en todo momento, incluso si es cesárea. He hablado con el hospital y me han dicho que lo permiten si mi ginecólogo lo permite. Cuando nazca Teo, no quiero separarme de él ni un segundo. Que no se lo lleven a ningún lado. Quiero poder moverme. No quiero vías si no son necesarias. Cesárea como última opción, claro. No rasurado. No episiotomía. En fin...esas cositas...

Eduardo me dio tres indicaciones para esa noche. A saber:
1. Puedes esperar tranquilamente aunque hayas roto aguas
2. Si el líquido huele mal o no es transparente, llámame inmediátamente y vente al hospital
3. Seguramente empieces con contracciones esta misma noche. Si eso ocurre, cuando sean regulares cada 5 minutos, llámame y te vienes para el hospital.

Nos ponemos a hacer la maletita de Teo y la mía. Mierda, no tenemos pañales. Mierda, no tenemos compresas de recién paría. Mierda, no tengo un camisón decente. Mierda, no me he depilao las piernas. Qué fuerte que mañana somos padreeees!

A las dos me duele un pelín la regla. Será una contracción? no sé. no ha dolido nada...
A las dos y diez me duele un pelín otra vez. pero flojín flojín. Lo mismo son contracciones. Y así, se van sucediendo flojitas cada 3 minutos, 10 minutos, 8 minutos... A las 3 de la mañana me metió un zurriagazo una que me dije " pa mí que estoy de parto". Pero nada insoportable. Peores reglas he tenido yo. Orse ya roncaba a mi lado...
A las 4 estaba a 4 patas en la bañera gritando "OMMMMMMM". La leche, qué dolor. Ahora, nada de contracciones regulares. 8-10-3-5-4-8 -5 minutos...Y eso sí que dolía, gensanta. Algún gnopo capullín me estaba agarrando los ovarios con todas sus fuerzas y estrujándolos. Poté en la bañera, en las sábanas de la cama, Orse me masajeaba los riñoncetes como nos habian enseñado, pero la niña del exorcista gritaba desde lo más profundo de mí... ¡No me toques!

Tootal, que decidí ir al hospital, porque pensé que no aguantaría el viaje desde La Cabrera hasta Madrid si esperaba más.
Necesitaba a Orse. mucho. Le necesitaba a mi lado. No me valía que fuera conduciendo; lo necesitaba fisicamente. Así que despertamos a mi jefe, que estaba en casa durmiendo, y le pedimos que nos llevara al hospital. ...Lo de mi jefe es otra historia...

Llamamos a Eduardo. Orse le explica "no, no tiene contracciones regulares. Pero vamos para allá. Que no aguanta más" El responde algo así como "vosotros veréis, pero siendo primeriza todavía le queda un buen rato" y yo pienso que si esas son las contracciones del principio, Las que no duelen, mi parto va a ser un puto infierno...

Llegamos al hospital hacia las 5:30. Creo que David se pasó a la torera todos los radares de la A1. Yo iba atrás, aferrada a Orse. A cuatro patas. Con la palangana.

El coche para a la entrada de la clínica y yo me bajo a la acera. a cuatro patas. Que no me toque nadie.

Viene un tipo de la clínica. Según le veo, le grito. ¡¡¡EPIDURAAAALLLLL!!! y me contesta "lo siento chica, soy el celador!" y me trae una silla de ruedas que no pienso usar porque no me pienso mover de la acera sin epidural.

Claramente, me meten en el hospital en la silla de ruedas y me llevan al paritorio. El Ginecólogo todavía no ha llegado. Y unas enfermeras bastante cardos me empiezan a toquetear y se les pone una cara de susto tremenda. "CHIQUILLA!!! que estás de 7 centímetros!!" Y llaman corriendo a Eduardo para que vuele hacia el hospital a sacarme al bebé antes de que se me caiga.

Como estoy en la 36, no tengo análisis. Había quedado al día siguiente para recogerlos. No hay analista de guardia. Llega el ginecólogo y me dice: "Olga: te toca parir sin epidural. Te queda media hora de parto si empiezas a empujar YA, y por lo menos falta una hora antes de que te podamos poner la epidural". Así que a trabajar.

Y así, a las 7:30 de la mañana, nació Teo después de tres o cuatro empujones gordos. Me dolió mucho menos el expulsivo que las contracciones. A lo mejor es porque todo fue bastante rápido. Por cierto, que yo no tenía ningunas ganas de empujar, como se supone que ocurre...me dolían tanto los riñones con las contracciones...

Cuando nació el bebé y me lo pusieron encima, pensé (por orden)
1. Ays! por fin!!! Ya no me duelen los riñones!!
2. Qué fuerteeeeee! qué cosita! qué lindo!
3. Que qué dices que tengo que empujar ahora!!??? Su puta madre! la placenta!
4. Por favor!! termina ya de coser ahí y déjame el coño tranquilo que lo tengo echo un cristo!!

Y en cuanto terminó, ya, por fin, me pude dedicar a mi bebé... .Joder, qué cosa más bonita

Madremía, me he enrollao pero bien....

viernes, 24 de septiembre de 2010

El terror se dibuja en los ojos que ves...

...y son los ojos del padre, que a veces queda un poquito olvidado en todo este girar alrededor del ombligo. Día a día voy viendo cómo las personas que me rodean (en Skype principalmente, no sé si esto es "rodear") están cada vez más nerviosos. Cada vez que hago una mueca o un ruidito tipo "cagüenla", "jadorrrr" o un simple "ay", Raúl  me mira desencajado creyendo que ya estoy de parto. No nos damos cuenta, pero lo están pasando regulero con esta espera. Se agobió mi hombre porque no sabíamos muy bien en qué momento de las contracciones tendremos que salir pitando. Bueno, pues para que se tranquilice, he hecho una tabla en la que ir apuntando, cuando comiencen, el ritmo, intensidad, duración, etc, de las contracciones. Lo pongo por si a alguien le sirve de ayuda:
Yo lo he imprimido y lo he dejado en la bolsa que ya tengo preparada con las cosas de Adriana, a ver si sirve de algo.

Otra duda que ya os comenté que tenía era respecto a la respiración durante el parto. Seguro que muchos podéis ir a cursos... aquí no se estila enseñar a respirar, porque, como ya he contado en infinitas ocasiones, se practica la cesárea al 100% y, claro, ahí no hace falta respirar de manera especial.
Encontré un vídeo, por si os vale. Yo voy a intentar ensayar antes del parto... de verdad...


Ya que hablamos de padres y compañeros, me enviaron de un sindicato un PDF llamado "Conoce y Reclama tus derechos" sobre la conciliación familiar, las bajas por maternidad y paternidad y esas cosas. Os pongo el enlace porque es una información bastante interesante.
http://www.ugt.es/Mujer/conoce_reclama_tus_derechos.pdf

Por cierto, ¡¡¡ya ha nacido Cayetana, la hija de Celia y Luis Andrés!!! Enhorabuena y besos.

martes, 21 de septiembre de 2010

El giro a la izquierda

Y no es el giro que NO han tenido en Suecia, donde ha salido elegida la ultraderecha, no, es el giro que Adriana ha hecho en los últimos diez días y del que os puedo decir día y hora, pues se me movió el alma con tanto brinco y patada. Estaba en el lado derecho, con la cabeza encajada ya y ahora se ha cambiado al lado izquierdo, también bocabajo. Sigo sin explicarme cómo narices cabe un feto en tan poco espacio... pero ella parece estar tan tranquila.

La médica explica cómo está en una postura idónea para el parto: a la izquierda, con la cabeza encajada y mirando para atrás. En fin, ellos sabrán de esas cosas.

Ya tengo preparadas la bolsa del hospital, con cosas para Adriana y para mi. ¿A vosotros os dan lista de lo que hay que llevar? Yo he tenido que traducir las listas y resulta que hay cosas que ni siquiera entiendo en español... Esto es lo que pone la lista, tal y como viene:
PARA EL BEBÉ:
6 body+pantaloncito
4 pijamas
3 mantas finas
6 paños de boca (parecidos a baberos)
3 pares de calcetines
3 pares de manoplas
1 cobertor (¿¿??)

PARA LA MADRE
1 prendedor de pelo
1 cepillo de pelo
1 secador de pelo
Champú y jabón
Cepillo de dientes, crema dentrífica, algodón y crema hidratante
3 pijamas o camisones abiertos por delante
1 bata
3 braguitas posparto
2 fajas posparto
2 sujetadores de amamantación
Chinelos para el baño
Zapatillas de casa
2 paquetes de compresas nocturnas

Flipante la importancia que le dan al cabello ¿eh?. En fin, creo que esto ya está. Y la cámara, aunque no esperéis que grabe el parto ni nada de eso. Bueno, además tengo que llevar un montón de papeles, llamar a mi médico, y esas cosas que tienes que hacer si no vas por la Bendita Seguridad Social Española, que, aunque hagan menos ecografías, comprendo, aprecio y añoro.
Otro día hacemos entre todos el "KIT BEBÉ", porque aún no sé muy bien qué es necesario Y BÁSICO para la crianza los primeros meses. Supongo que dependerá de lo tontos que seamos los padres y de lo que nos queramos gastar.
Bueno, pues nada más. Hoy estoy rancia, que he dormido muy mal, así que no escribo más.