jueves, 3 de marzo de 2011

Las amamantatrices cinéfilas

Holá querido público (¿¿??). Estoy tan emocionada que me he arrancao por bulerías y me ha quedado energía para escribir algo aquí, que tengo abandonado este nuestro bloggg.
Este país tiene sus cosas desquiciantes, horribles, bellas, pasmosas y también tiene una manera de tratar a madres y bebés que ya la podrían exportar al por mayor a otros lugares, porque es fantástica. Sienten adoración por las crianças, tanto hombres como mujeres se paran por la calle para decirles linduras a tu bebé (así me levantaron la cartera) y eso que en Curitiba son muy secos (aunque no tanto como en Burgos). Restaurantes, centros comenrciales y cualquier garito está preparado para llevar niños: fliparíais con las salas para cambiar pañales, con mecedoras para amamantar y todo tipo de detalles. Vale.
Pero la gran idea es hacer una sesión de cine específica para poder ir con bebés. No se trata de ver Bob Esponja o cualquier otro ente animado para niños, no. ¡Te ponen una peli de verdad, para adultos!


Hoy he ido a ver "El discurso del rey". -Cuando se lo he dicho a alguien a quien quiero mucho, se ha pensado que había ido a ver un discurso de Navidad del rey Juan Carlos... -. Bueno, a la peli le habrán dado un porrón de Oscars, aunque es muy sosa y aburrida ¡¡¡pero la he visto en el cine!!!

La idea importante aquí no es qué peli he visto, sino el poder ir al cine con tu bebé. Lo llaman Cine Maternal. Acondicionan la sala para recibir a madres-padres con bebés de hasta dos años. El volumen es más bajo que en otras sesiones y hay una luz tenue para no escoñarnos cuando nos levantamos a mecer a los críos. Ponen mantas de suelo (¿serán alfombras?) para tumbarse con ellos o jugar y también varios cambiadores de pañales. Y allí estás tú, en la cuarta fila, con tu niña, al lado de mi amiga Zaira y su pequeño Lucas, rodeadas de adultos a los que no importa si algún bebé berrea (total, la peli es en inglés subtitulada), con decenas de pechos al aire pegados a sus respectivos lactantes... pues eso, el paraíso de las amamantatrices cinéfilas.